Lunes 7 de abril
… ustedes, que han sido llevados desde que estaban en el vientre, […]: Yo mismo los seguiré llevando, hasta que estén viejos y canosos… (vv. 3- 4 rvc).
La escritura de hoy: Isaías 46:3-9
Un estudio danés analizó el fenómeno que la mayoría ha experimentado: percibirnos más jóvenes de lo que realmente somos. Los resultados sugieren una constante: sea cual sea nuestra edad actual, todos nos vemos un 20 % más jóvenes. Una persona de 50 años tiende a percibirse de 40.
No hace falta un estudio científico para afirmar lo obvio: todos envejecemos. Y las Escrituras tienen mucho que decir al respecto. Las palabras de Isaías se dirigían a un Israel que había envejecido y se había cansado, pero como dice un comentarista: «Esta promesa a un Israel debilitado y envejecido como nación es aplicable a todo seguidor anciano de Cristo».
El profeta nos recuerda la provisión de Dios a lo largo de la vida para todo aquel que le ha sido fiel: «Los he protegido desde que nacieron; así es, los he cuidado desde antes de nacer» (Isaías 46:3 ntv).
Así que, mientras nos preocupamos por envejecer, nos acordamos de que Dios sigue con nosotros. Él promete: «Yo mismo los seguiré llevando, hasta que estén viejos y canosos» (v. 4). Tengas la edad que tengas (¡o la versión un 20 % más joven que imaginas ser!), abraza hoy la promesa de Dios: «Yo los hice y cuidaré de ustedes» (v. 4 ntv).
De: Kenneth Petersen
Reflexiona y ora
¿De qué manera luchas contra la preocupación por envejecer? ¿Cómo te reconfortan las palabras de Isaías?
Querido Dios, me siento fatigado por la vida. Por favor, dame tu fuerza. Te pido que me sostengas y cuides de mí.
Martes 8 de abril
Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor (v. 2).
La escritura de hoy: Efesios 4:1-6
El otro día, paré detrás de un auto en un semáforo en rojo y observé una pegatina que anunciaba: «Nuevo conductor. Por favor, tenga paciencia». Dada la agresividad al volante que experimentamos, es un buen recordatorio para tener paciencia con los demás conductores.
Mientras miraba la pegatina, me pregunté qué pasaría si la gente llevara otros carteles: «Padre primerizo» o «Nuevo cristiano». Si supiéramos por lo que están pasando los demás, ¿seríamos más pacientes y los ayudaríamos?
Tal vez vayamos por la vida apresurados, tratando de evitar interrupciones, pero consideremos cómo trataba Jesús a la gente. Él no tenía prisa. Tenía compasión y se tomaba el tiempo para consolar, enseñar y mostrar amor a los que encontraba.
Como creyentes en Jesús, estamos llamados a andar «como es digno de la vocación con que [fuimos] llamados» ( Efesios 4:1). El apóstol Pablo dice que eso incluye mostrar «toda humildad y mansedumbre, [soportándonos] con paciencia los unos a los otros en amor» (v. 2); y hacer todo lo posible por vivir en paz y unidad unos con otros (v. 3).
Tal vez no sepamos a qué retos se enfrentan las personas, pero podemos ser pacientes con ellas. Seamos una expresión del amor de Jesús para todos los que encontramos en nuestro andar diario.
De: Nancy Gavilanes
Reflexiona y ora
¿Cómo puedes ser más paciente con los demás? ¿A quién puedes bendecir hoy?
Señor, ayúdame a ser más paciente con aquellos que pones en mi camino.
Miércoles 9 de abril
Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo… (v. 25).
La escritura de hoy: Isaías 43:18-25
Julie y su marido sintieron tristeza y remordimiento cuando se enteraron de que su hija había robado en varias tiendas. Pero con la ayuda de Dios, la perdonaron y la ayudaron a reparar el daño y a recibir terapia. Algunos meses después de la revelación, cuando su hija hizo un comentario fuera de lugar acerca de que ya no podían confiar en ella, Julie se preguntó: ¿Qué querrá decir? No pensó inmediatamente en la ofensa de su hija porque Dios le había quitado el escozor de la mente. Le había pedido a Dios que la ayudara a perdonar.
En ese momento, Dios le dio a Julie una muestra de su bondad y gracia al experimentar el amor que Él extiende a su pueblo. Dios dijo a su pueblo que no se acordara de «las cosas pasadas», porque Él estaba haciendo «cosa nueva» ( Isaías 43:18-19). También hizo la hermosa declaración: «Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré más de tus pecados» (v. 25). Dios podría decidir acordarse de nuestros pecados, pero debido a su amor y misericordia, no lo hace. Cuando nos arrepentimos, limpia nuestro registro.
Aunque las ofensas perdonadas puedan tener un impacto negativo en nuestra vida y en la de los demás, Dios nunca las tendrá en cuenta contra nosotros. Nos envolverá en su misericordia y su gracia.
De: Amy Boucher Pye
Reflexiona y ora
¿Cuándo has experimentado el sorprendente amor de Dios? ¿Cómo te ha cambiado y transformado su gracia?
Padre, ayúdame a apartarme de mis pecados y volver a ti.
Jueves 10 de abril
… nuestra hermana Febe, la cual […] ha ayudado a muchos, y a mí mismo (vv. 1-2).
La escritura de hoy: Romanos 16:1-12
La mayoría de la gente conoce a los hermanos Wright —Orville y Wilbur—, que inventaron, construyeron y pilotaron con éxito el primer avión a principios del siglo xx. Pero pocos conocen el nombre Katherine Wright. Sin embargo, ella fue esencial para el éxito de la máquina voladora. Mientras sus hermanos se concentraban en los detalles y experimentos que condujeron a su invento, Katherine los ayudó en silencio y con cariño. Mantuvo su tienda de bicicletas (la fuente de ingresos de los hermanos), dejó su trabajo de profesora para atender a Orville tras un accidente aéreo y manejó la creciente fama de sus hermanos.
El valor del apoyo de los demás también se aprecia en las Escrituras. Un ejemplo es Febe, mencionada por Pablo como que «ha ayudado a muchos» ( Romanos 16:2). Y Priscila y Aquila fueron anfitriones de iglesias donde Pablo ministró, e incluso «expusieron su vida» por él (v. 4). Además, el apóstol elogió a Marcos, diciendo que le fue «útil para el ministerio» ( 2 Timoteo 4:11).
Podemos ser buenos hermanos en Cristo sirviendo a los demás. La obra de Dios necesita ayudantes guiados por Él para servir de esta manera: «Con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo» ( Filipenses 2:3).
De: Dave Branon
Reflexiona y ora
¿Quién necesita tu ayuda? ¿Qué puedes hacer para servir a los demás en nombre de Jesús?
Querido Dios, por favor muéstrame cómo servir humildemente a los demás para tu gloria.
Viernes 11 de abril
… Tan cierto como el Señor y tú viven, te aseguro que no te dejaré solo… (v. 2 nvi).
La escritura de hoy: 2 Reyes 2:7-14
Un hombre llamado Hidesaburō Ueno daba clases en la Universidad Imperial de Tokio en la década de 1920. Todas las tardes volvía en el tren de las 15:00 y se encontraba a su perro, Hachiko, esperándolo. Un día, el profesor sufrió un derrame cerebral durante la clase y murió. Como no bajó del tren de la tarde, Hachiko se quedó un rato y luego se fue a casa. El perro volvió al día siguiente a las tres, y al siguiente, durante diez años. La lealtad de Hachiko conmovió los corazones de muchos japoneses, que acudían a sentarse con él.
Eliseo estaba igualmente comprometido con su maestro, Elías. Cuando supo que lo perdería, lo seguía a todas partes. Entonces, un carro de fuego se llevó a Elías al cielo. Eliseo, anonadado, recogió el manto de Elías, símbolo del poder del profeta que había abierto el Jordán (v. 8), y preguntó: «¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?» (v. 14). Golpeó el agua, que se abrió como lo había hecho con su maestro. ¡Cuántos sentimientos encontrados!
¿Has perdido a un ser querido? No hay palabras que puedan hacer justicia a tu dolor. Has sufrido mucho porque has amado mucho. Da gracias a Dios por esa persona amada y por tu capacidad de amar. Eliseo recogió el manto de Elías. ¿Qué podrías hacer tú?
De: Mike Wittmer
Reflexiona y ora
¿Qué signo o ritual tangible honra la memoria de tu ser querido? ¿Cómo te ayuda Jesús a llevar tu carga?
Querido Padre, gracias por darme personas a las cuales amar.
Sábado 12 de abril
… el Consolador, el Espíritu Santo, […] os recordará todo lo que yo os he dicho (v. 26).
La escritura de hoy: Juan 14:15-17, 25-31
Un año, acepté cantar en un evento deportivo de mi hijo. Cuando entré en el campo con los equipos alineados a ambos lados, cerré los ojos y oré. Después de cantar los primeros versos, me quedé paralizada. En ese momento, no podía recordar la siguiente línea. Un hombre detrás de mí susurró las palabras que había olvidado. En cuanto oí el útil recordatorio, canté el resto de la letra con confianza.
Todos necesitamos un poco de ayuda a veces. En Juan 14, Jesús explicó que lo amamos obedeciéndole (v. 15), y prometió pedir al Padre que nos diera un Ayudador: «el Espíritu de verdad» (v. 17). Jesús dijo: «El mundo no puede [recibirlo], porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros» (v. 17). Aunque Jesús enseñó mucho a los discípulos mientras estuvo con ellos (v. 25), dijo: «el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho» (v. 26).
Cuando leemos la Biblia en oración, el Espíritu Santo nos ayuda a comprender, interpretar y aplicar la sabiduría de Dios. Su guía siempre se alinea con las Escrituras, guiándonos, consolándonos y transformándonos en amor, un recordatorio útil a la vez.
De: Xochitl Dixon
Reflexiona y ora
¿Qué puedes hacer para reconocer mejor la voz del Espíritu Santo? ¿Cómo lo escuchas diariamente?
Espíritu Santo, ayúdame a rendirme a ti mientras me haces más como Jesús, un recordatorio útil a la vez.
Domingo 13 de abril
Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si estos callaran, las piedras clamarían (v. 40).
La escritura de hoy: Lucas 19:37-40
Después de un servicio conmemorativo para mi padre a orillas del río, cada miembro de la familia eligió una piedra para ayudar a recordarlo. Su vida había sido una mezcla de victorias y derrotas, pero sabíamos que nos amaba.
En Lucas 19, Jesús hizo su entrada triunfal en Jerusalén, mientras las multitudes agitaban ramas de palma y vitoreaban: «¡Bendito el rey que viene en nombre del Señor!» (v. 38; ver Juan 12:12-13). Los fariseos, con desprecio por lo que consideraban una pretensión blasfema de mesianismo, ordenaron a Jesús que mandara callar a los discípulos. Él respondió: «Si estos callaran, las piedras clamarían» ( Lucas 19:40).
Las piedras claman. Dios ha utilizado piedras a lo largo de la historia. Dos piedras llevaban diez mandamientos cincelados para decirnos cómo vivir ( Éxodo 34:1). Las piedras del recuerdo apiladas junto al Jordán y en medio del río recordaban a generaciones de israelitas la provisión y fidelidad de Dios ( Josué 4:8-9). La que se hizo rodar para contener el cuerpo de Jesús es la misma que mostró que había resucitado (Mateo 27:59-66; Lucas 24:2). Es como si «escucháramos» a esta piedra, porque nos recuerda las palabras de Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida» ( Juan 11:25).
Escucha las piedras y alza tu voz junto a ellas en alabanza a nuestro Padre amoroso.
De: Elisa Morgan
Reflexiona y ora
¿Cómo te han «clamado» las piedras de la obra de Dios en nuestro mundo? ¿Qué mensaje quiere Dios que hagas propio?
Padre, gracias por utilizar incluso las piedras para hablar de tu amor.